A veces me siento un bicho raro cuando en vez de quedarme obnubilada por unos musculitos dentro de una camiseta ajustada me quedo embobada ante una mente repleta de cosas interesantes que contarme, dándome un poco igual si entiende de las mismas cosas que yo o no, más bien valorando que después del polvazo del siglo, de besos y arrumacos tengamos algo de qué hablar. Porque una cosa es el silencio ...elegido y disfrutado entre dos personas que también se comunican de forma no verbal, a estar callados por obligación por carecer de una conexión especial donde a parte de fundirse los cuerpos se puedan fundir mentes, sentimientos y almas. Parece que la tv, las revistas, la gente, nuestros amigos y los vecinos cotillas tienen muy claro cuál es el modelo ideal para nosotros clasificando en guapos y feos, delgados y gordos, jóvenes y viejos. Ya sé que el físico atrae, pero la personalidad, el intelecto, la expresión de los sentimientos y el alma enamoran. Y para gustos los colores. Lo que nace del amor perdura. Y si quiero follar sin amor me va a dar igual lo que tenga por dentro, pero ¿a quién pretendo engañar? Esto puede valer para un día loco ¿quién no lo ha tenido? pero aburre como modelo de vida. Cuando me enamoro lo hago de verdad pero pasa pocas veces. Porque si me fuera enamorando de cualquiera nadie tendría para mí ese ingrediente X especial. Pero os aseguro que cuando mi corazón late por alguien entre miles de millones de rosas aparentemente todas iguales yo sabría encontrar a primera vista cuál es la mía. Y me sucede que cuando conozco a alguien y me gusta por dentro comienzo a verlo aun más guapo por fuera. Por eso yo todavía creo en los paseos, las charlas, los cines, las cenas, los helados y en todo lo que conlleve un compartir "algo" con alguien. Y me da igual si a un novio lo ven muy guapo y a otro muy feo. Feas tienen el alma mucha gente y yo no les digo nada. La belleza es una percepción interna de cada uno. No es el paisaje sino los ojos que lo miran. Salgo y entro y valoro a todas esas "rosas" de todos esos jardines pero sólo me atreveré a quedarme con una cuando lo que me haga sentir despierte mi deseo de regarla cada día. Alguien con quien me dé un vuelco el corazón y se me peguen las bragas al techo. Un hombre que me persiga con la mirada como un león hambriento, que me coma y se relama por fuera y que me ame por dentro.
ME LLAMO INMA INFANTE QUINTERO Y SOY LA CREADORA DE LA DIOSA CRECIMIENTO PERSONAL. SI TE HA GUSTADO/AYUDADO ESTE ARTÍCULO, ¿ME AYUDAS A COMPARTIRLO? Dale un ME GUSTA a mi página si te ha aportado algo positivo. ¡GRACIAS!
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